Este año volvimos a disfrutar de los preciosos altares que nuestros vecinos preparan.

No había niños de comunión, pero no hubo que decírselo dos veces a los que la hicieron el año pasado, tanto en Berlangas: Adrián y Silvio, como en Aranda: Sergio o en Roa: Ignacio.

Nos hizo un poco desapacible, pero como siempre merece la pena en un día tan bonito.